Mismos creyentes, nueva fe

Ésta es la historia de conversión de Bulmaro Lopez. Bulmaro era un joven pastor de la Iglesia del Evangelio Completo en Jitotol, Chiapas. Tenía a su cargo unas pocas iglesias, pero era ferviente y trabajador. Tras haber tomado el curso ministerial, se involucró en el evangelismo y viajó por diversas ciudades de la República, aún siendo el responsable de sus iglesias en Chiapas.

Con el paso del tiempo, en su radio llegó a captar la señal de Radio Alfa y Omega, y a menudo escuchaba las transmisiones. Le gustaba la música, pero a la hora de los sermones y mensajes, cambiaba a su estación cristiana favorita. Con todo, no pudo evitar reflexionar más de una vez en lo que ahí se enseñaba.

Una ocasión, Bulmaro compró una cantidad de discos compactos de música para, a la vez, venderlos a sus miembros de iglesia y fortalecer su dedicación a Dios. Entre los discos compactos estaba una grabación del grupo de mariachi “Misioneros del Rey”, que son adventistas. Bulmaro pensó que no habría problema.

Poco después, un miembro de iglesia regresó con Bulmaro y le reclamó el haberle vendido ese disco de los mariachis. Bulmaro le devolvió su dinero, pero quedó pensando qué pudo haber inquietado al hermano aquel siendo que se trataba sólo de música. Decidió, entonces, escucharlo para tratar de averiguar. Dentro de las pistas de música, había un testimonio narrado de conversión. Bulmaro lo escuchó con detenimiento y eso tocó su corazón.

Ahora, interesado por conocer más, Bulmaro se puso a estudiar la doctrina adventista. Escuchaba Radio Alfa y Omega y tomaba notas de los temas que ahí daban. Entre tanto, seguía con su obra de evangelismo y pastorado. Lo que más lo inquietaba era el asunto del sábado.

En un ocasión, salió a dar una campaña evangelística al sur de Veracruz, donde se encontró con un pastor adventista quien, además, era dirigente de la asociación. Bulmaro aprovechó para esgrimir sus argumentos contra el sábado, pero el pastor adventista les dio solución bíblica. Al cierre de la conversación, el pastor adventista le dijo, “Mira, hermano, sólo podemos hacer dos cosas: o arrancas ese pedazo de hoja de la Biblia que habla de observar los mandamientos de Dios o te decides a obedecer lo que dice el Señor”.

Sin otra posibilidad y con el corazón contrito, Bulmaro decide seguir la verdad. Se comunica a la Radio Alfa y Omega y ellos hacen los arreglos para que lo visitaran. A la vez, él mismo les predica a sus feligreses lo que ha descubierto en las Escrituras. Después de algunos estudios bíblicos clave, Bulmaro se bautiza y, junto con él, otros ocho miembros le siguen. Ahora, ese grupo Pentecostés es Adventista del Séptimo Día.