De la ciudad más grande del país y la que, a la vez, ofrece el mayor reto evangelístico, llegó a Mérida Raúl Jónatan Montiel, un joven Licenciado en Administración Industrial que trabaja en la fabricación de equipos para animales de laboratorio. “Mi iglesia nació apenas hace cuatro años. Comenzamos como un grupo pequeño pero ahora ya somos cuarenta miembros bautizados, y va cobrando mayor dimensión”, dice Raúl de su congregación.
Anteriormente un líder en la Federación Juvenil por varios años, Raúl se involucra en las actividades juveniles y de testificación con intensidad. Al respecto de esta reunión, Raúl dijo, “Es muy bonito ver que la iglesia crece en México, que es tan vasta, tan grande. También me alegra que los líderes de la iglesia están dispuestos a abrirse a un diálogo para avanzar. Creo que son tiempos importantes, tiempos de decisión y he pensado que es tiempo de que todos escuchemos a todos para que podamos encontrar la mejor manera de realizar la misión”.
“Desde antes de venir he estado orando para ver qué decir en esta reunión”, dijo Raúl. “Los jóvenes necesitan que la iglesia se convierta en una escuela; es decir, que los jóvenes puedan desarrollar el carácter, aprender a luchar contra la tentación, desarrollar la misión; en consecuencia habrá una misión mucho más agresiva hacia el mundo”. La percepción de Raúl está justificada en el entorno que la gran Ciudad de México significa para los jóvenes cristianos, pues “hay jóvenes que vienen de la drogadicción, vienen de las pandillas; necesitamos desarrollar un programa integral y lograr que los muchachos se conviertan en discípulos de Jesús”.
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