Humberto Carballo Vicente, su esposa y su nieta en su iglesia local, el Templo Auditorio de Tuxtla Gutiérrez.
Son las 3:00 am y Humberto Carballo ya está en pie; se prepara para ir a su ministerio de oración en la Central de Abastos de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, que es el mercado de víveres al mayoreo más grande de la ciudad. A las 4:00 am, dos miembros de la Iglesia Adventista "Templo Auditorio" se le unen. De inmediato comienzan su obra.
Humberto comparte su estrategia: "A esa hora ya hay mucho movimiento de gente que llega temprano a hacer sus compras. Nosotros tenemos un lugar donde no estorbamos pero estamos a la vista. Comenzamos cantando un poco y la gente se acerca. Luego leemos la Biblia con ellos. La gente escucha. Más tarde hacemos oraciones; pedimos por las necesidades de la gente y por la prosperidad de sus negocios".
Cuando terminan, se quedan un rato esperando. Siempre hay algunos que se acercan y hacen preguntas o piden apoyo espiritual. Tras las entrevistas, Humberto y sus amigos obsequian folletos cristianos a la gente. Hacen lo mismo en otros mercados menores, como el de San Juan, en la misma capital de Chiapas.
Humberto no está solo. Las fuerzas laicas de la Iglesia Adventista en Tuxtla Gutiérrez buscan aprovechar toda posibilidad. Hace un año, Julio Torres se bautizó. Como conductor de un autobús urbano, desde muy temprano inicia su recorrido por las calles de la ciudad. También a esa hora empieza su ministerio laico.
"Yo uso el reproductor de música del autobús para compartir mi fe: selecciono anteriormente la música y la pongo a buen volumen, para que no moleste", dice Julio. Y añade, "la gente está callada escuchando. Algunos se acercan y me vienen a preguntar, 'Oiga, ¿de quién es esa música? ¡Están hermosos esos cantos!' Y nos ponemos a platicar. Llevo conmigo mi maleta con materiales y saco una revista para dárselas. A los interesados, les doy mi número telefónico. Algunos me han llamado para hacerme preguntas y hemos sostenido estudios bíblicos con ellos".
En el marco del reavivamiento y reforma que la iglesia adventista está impulsando en todo el mundo, la búsqueda de Dios y la testificación entre los miembros se está despertando. Particularmente desde la celebración de las 40 madrugadas de oración sostenidas el año pasado, iglesias enteras están experimentando el poder renovador del Espiritu Santo que capacita para hablar por Cristo. Previsiblemente, mayores resultados se verán a medida que este movimiento espiritual se extienda.
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