Este día a las 3:00 de la tarde, hora de México, pastores selectos de la División Interamericana sostuvieron un diálogo con el presidente de la Asociación General, Pastor Jan Paulsen, en El Salvador, Centroamérica.
En otro más de los intentos de la presidencia de la Asociación General de acercarse a los diversos círculos de la iglesia, esta vez el Pastor Paulsen se rodeó de pastores de ocho países hispanos para escuchar sus preguntas y comentarios sobre el estado, desafíos y rumbo de la denominación en Interamérica.
Los temas fueron variados pero interesantes. El sabor de los comentarios fue de profundo interés por la feligresía. Al fin pastores, los participantes querían saber qué se está haciendo para impulsar mejores programas en beneficio de la hermandad o para evitar líneas de acción tendientes a la apostasía.
En ese tono de cosas, los pastores discutieron el uso de los medios modernos de comunicación, como YouTube en la Internet, y su uso como recurso de evangelización y de afirmación espiritual para los muchos jóvenes que componen la iglesia. Se habló de formas en que los pastores pueden involucrar a los jóvenes de sus iglesias en las actividades, en general, y en el liderazgo, en particular. También se discutió la importancia de los grupos pequeños como metodología evangelística y del papel de las muchas mujeres que hay en nuestras congregaciones.
Se señalaron algunas cosas a las que conviene poner atención, como al desafío de la construcción de más templos, de evitar que los grupos pequeños se vuelvan una estructura eclesiástica en vez de una metodología evangelística, de la pentecostalización de nuestras iglesias en aras de atraer a la juventud, y de la cada vez más abundante deserción en el ministerio.
El presidente de la Asociación General aprovechó a llevar la reflexión de los pastores hacia la identidad del ministro adventista y su papel en el mundo de hoy. Al respecto, el grupo se pronunció por un rol más de capacitador, de instructor de la iglesia mediante buena predicación. Este cometido hacia la consolidación de la experiencia espiritual de la iglesia se verá muy favorecido, señaló el grupo, cuando se ofrezca desde los púlpitos una dieta sólida de alimento espiritual que tenga base en la visitación pastoral y el testimonio del pastor respecto de su propia relación íntima con Dios.
En algún momento, los pastores reconocieron que una tarea de gran demanda es la consejería y la intervención pastoral. Saber cómo guiar a las familias e individuos que componen la iglesia hacia la resolución de sus conflictos reclama capacitación profesional y continua, como también el juicio maduro para reconocer los límites de su propia profesión y turnar los casos a otros especialistas cuando sea necesario.
En tono confiado y a la vez esperanzador, el Pastor Paulse dijo, "Veo la iglesia como un ente dinámico y en desarrollo. Y la iglesia que no tenga participación laica es una iglesia que no crece", remató. Al respecto, todos los asistentes estuvieron de acuerdo.
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