sábado, 18 de diciembre de 2010
Mensaje de navidad de la Unión del Sur de México
En esta época del año, cuando la sociedad se acuerda del Niño de Belén, es bueno hacer un alto y reflexionar en lo que ha sido de nosotros. Es cierto, es un tiempo de amor y regalos, de reuniones y comidas, de festejos y memorias gratas. Pero todo lo que disfrutamos en realidad viene de Dios, quien es la fuente de toda bendición.
Una simple mirada a nuestra vida durante los doce meses pasados establece que Dios ha estado al control. También resulta claro que ha concedido abundancia de bendiciones a nuestras personas y hogares. Gracias a Él se han resuelto problemas, gracias a Él se ha unificado la familia, gracias a Él hemos sanado de nuestras enfermedades. Sin lugar a dudas, somos un pueblo bendecido. Por lo mismo, la bondad de Dios enternecerá el corazón humano y habremos de responder con gratitud. Cuando percibimos la misericordia de Dios entonces somos un pueblo agradecido.
La Unión del Sur de México a través de este medio comunicativo envía una cordial felicitación a todos los lectores, miembros y no miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Se aproxima el nuevo año 2011, del cual podemos esperar el mismo generoso amor de Dios. Sea nuestro nuevo año uno de mayor preparación, mayor consagración, un año de reavivamiento.
Reciban, pues, los mejores deseos de quienes colaboramos en esta organización. Y que Dios los bendiga siempre.
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