El mensaje de la verdad adventista ha venido anunciándose por muchos años mediante el trabajo esforzado de laicos y pastores que predican la Palabra en vivo. Con todo, su alcance es limitado y la concurrencia no siempre es abundante. No obstante, el estado de cosas en nuestro país está dando paso a cambios positivos a esta situación.
Las autoridades y leyes mexicanas prohíben que las asociaciones religiosas ostenten permisos para el uso indiscriminado de los medios masivos de comunicación, especialmente la radio y la televisión. Sin embargo, se han abierto posibilidades para que se formen asociaciones civiles valiéndonos de miembros laicos a las que se les concedan permisos para lo que denominan radios culturales.
Esas radios culturales podrán incluir cierto contenido religioso, pero su orientación es presentar programación de beneficio a la comunidad. Dado que el mensaje adventista es rico en áreas como la salud, la vida familiar, la educación, y otros, creemos que es no sólo útil sino apropiado este tipo de radios para los fines que el Departamento de Comunicación persigue.
Precisamente es así como se está trabajando con las radios que algunos hermanos nuestros operan en el estado de Chiapas. A la fecha de someter este documento a publicación, tenemos estaciones de radio en cinco lugares: dos en San Cristóbal de las Casas, una en Amatán, una en Tapilula, y una en Huixtla. Sabemos también de las serias intenciones en esta materia de nuestros hermanos en Tuxtla Gutiérrez; sólo que, a diferencia de los demás, los de Tuxtla no han iniciado transmisiones.
Nuestras cinco estaciones ya constituyeron sus asociaciones civiles, y con la colaboración del Departamento de Comunicación y el servicio de Asuntos Legales de la Iglesia Adventista, están regularizando su situación para convertirse en radios legales y operando bajo condiciones que Dios pueda bendecir.
No debería pasar con nosotros lo que cuenta la historia de los leprosos de Israel durante el sitio de los sirios: “Hoy es un día de buenas nuevas, y no lo estamos dando a conocer” (2 Reyes 7:9, NVI). No debemos callar esta noticia; más bien, hay que divulgarla para que otros hermanos que por mucho tiempo han deseado colaborar en las comunicaciones con sus talentos y recursos puedan participar también. Es también un tiempo para que la iglesia ore. Y hoy, estamos dedicando estos diez minutos para exhortar a la hermandad a pedir a Dios por oportunidades francas para difundir su amor y su Palabra.
Que Dios bendiga el ministerio radial de la Iglesia Adventista en el sur del país
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