El pasado martes, un terremoto de 7.3 grados sacudió con violencia la ciudad de Puerto Príncipe, en Haití. Pobre y desprovisto, Haití sufrió probablemente el revés más grande de su historia moderna con este sismo que destruyó sin piedad los edificios y la moral del país.
En ese lugar, la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Puerto Príncipe cuenta con más de 100,000 miembros que se reúnen en 123 iglesias. Sabemos que los templos quedaron dañados y, hasta el momento, un pastor falleció. La universidad adventista en Haití sufrió algunos daños también, particularmente la antigua iglesia, la biblioteca y el salón de actividades estudiantiles, el cual es el edificio más grande de la institución. Tristemente, a más de esto, los daños son muy grandes: casas de los creyentes, de los obreros de la iglesia y varias escuelas.
La Unión del Sur de México se solidarizó con estos sufrientes miembros y envió a la División Interamericana un donativo de $10,000.00 US para ayudar a aliviar en algo. A la vez, el presidente de la Unión del Sur, Pastor David Javier Pérez, ha girado instrucciones a los campos para que oren y colecten recursos para enviar a los haitianos vía la tesorería de la División Interamericana.
Por otro lado, se ha lanzado un plan por el Departamento de Educación llamado "Estudiantes ayudando a estudiantes" que consiste en aportar el equivalente a un dolar por cada estudiante adventista y cinco dólares por cada profesor de todo Interamérica vía los campos locales y uniones. Se espera que a más tardar el 28 de febrero del presente año se pueda hacer llegar este necesario recurso a quienes, de verdad, en este momento les es vital.
Se alienta también a los miembros de iglesia a entregar medicamentos, agua potable y alimentos enlatados a los centros de acopio más cercanos. Tal vez el mejor canal para esto sean las delegaciones de la Cruz Roja, dado que como organización no tenemos transportes apropiados para estos suministros.
Imagen: mirror.co.uk
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