domingo, 24 de enero de 2010

La situación en Haití

Aspecto de la escuela secundaria adventista en Puerto Príncipe que sirve como albergue de los damnificados del sismo.


Rostros de depresión y desesperanza de sobrevivientes atendidos en uno de los muchos albergues.

El 19 de enero del presente, administradores de la División Interamericana junto con la directora de noticias, pudieron entrar a Haití para valorar la situación que vive la iglesia en ese lugar y ayudar en la toma de decisiones. A su vuelta, el Pastor Israel Leito, presidente de Interamérica, pudo informar algunos hechos importantes sobre el estado de cosas en Haití.

Las vidas humanas perdidas entre los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día llegan a 522. De estos, aproximadamente 300 pertenecían a la Asociación Central y otros 220 eran de la Asociación del Sur. Entre los obreros de la iglesia, se sabe sólo de un pastor que murió por el desastre.

115 iglesias fueron destruidas y 12,000 miembros lo perdieron todo. Los heridos y damnificados tanto adventistas como de otras fes están siendo atendidos en los 50 templos adventistas que fungen como albergues en la ciudad. Destaca el papel de ADRA en la atención a daminificados, pues se les ha confiado la administración de un albergue que atiende entre 15,000 y 20,000 afectados. De entre los médicos, hay un equipo de voluntarios provenientes de la Universidad de Montemorelos.

La solidaridad de los adventistas de otras partes no se ha hecho esperar. Las uniones más cercanas, como la Puertorriqueña y la Dominicana han sido clave para hacer llegar recursos y ayuda física. La semana pasada, los miembros adventistas, instituciones y líderes de la División Norteamericana y la Asociación General juntaron más de un millón de dólares para las tareas de ADRA en Haití. Con todo, su meta es hacer una nueva colecta para beneficiar directamente a la Iglesia Adventista del lugar.

"Se cuentan historias milagrosas entre toda esta pena", dijo el Pastor Israel Leito. "Por ejemplo, en una de nuestras escuelas, los niños salieron de sus clases cuando escucharon el temblor y un edificio vecino que se derrumbaba. Una vez afuera, su propia escuela se vino abajo. Al salir, los niños quedaron a salvo".

Al parecer, las posibilidades de rescate de sobrevivientes son cada vez más remotas, por lo que los líderes exhortan a la iglesia mundial a no enviar ya más voluntarios sino a apoyarles con recursos financieros. Es especialmente importante hacer llegar los donativos a las Uniones, y éstas a la tesorería de la División Interamericana.

Imágenes: Libna Stevens.

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