viernes, 5 de marzo de 2010

Oficiales los matrimonios del mismo sexo en la Ciudad de México



Ayer jueves 4 de marzo de 2010 entró en vigor la reforma al Código Civil de la Ciudad de México que legaliza los matrimonios entre sujetos del mismo sexo. En medio de grandes polémicas, por un lado, y sonoras celebraciones, por el otro, 19 parejas residentes de la capital del país se presentaron a la oficina central del Registro Civil, en el centro histórico de la Ciudad de México, para iniciar los trámites de su matrimonio. Otras 15 parejas más provenientes de provincia también manifestaron su interés en formalizar sus relaciones.

La ciudad de México es la primera en el país en abrir legalmente este asunto y permitir así que muchos encuentren amparo normativo para su relación de pareja. Es interesante que ya no podrán más decir los jueces, "los declaro marido y mujer", sino que ahora deberán decir, "los declaro legalmente unidos en matrimonio".

Junto con la formalización de sus relaciones, las parejas del mismo sexo tendrán facultades para hacer uso de sus garantías individuales como cualquier ciudadano, incluyendo la adopción. Sin embargo, algunos elementos están por definirse, como la priorización de los apellidos de aquellos niños y niñas que sean adoptados por dichas parejas del mismo sexo. Habrá que definir quien hará el rol de "papá" y de "mamá" en la relación para asimismo manifestarlo en los apellidos de las criaturas.

Estos acontecimientos, si bien socialmente resonantes, deben ser vistos desde todas las ópticas, especialmente desde la perspectiva cristiana. Al respecto, el Pastor David Javier, presidente de los Adventistas del Séptimo Día en el sur de México, afirmó: "Los individuos que se casan con personas del mismo sexo deben entender que no se tiene discriminación hacia ellos. Como personas se les ama. No se trata de discriminación hacia ellos sino de reconocer los derechos según el orden bíblico".

"Además", dijo el Pastor David Javier, "esto que está pasando no debería sorprendernos. Es una señal bíblica del estado de los tiempos y de que Jesús vienes pronto. Anexado a los problemas recientes de los terremotos, podemos ver un fondo moral en todo esto. Dios nos está llamando y nos toca responder".

Imagen: Siglo21.com

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