Da gusto señalar que lo que los encuestados quisieran que se mejore en las iglesias y congregaciones es mayor participación de la feligresía en las actividades de la iglesia. A la vez, se anhela que los pastores y líderes de las asociaciones/misiones manifiesten un compromiso igualmente denodado por las necesidades de la iglesia. Dicho compromiso en obreros y laicos es especialmente necesario para la predicación del evangelio.
Los encuestados están de acuerdo en que se intensifique el estudio de la Biblia y la oración en todos los niveles de la iglesia. Se hace una mención de procurar un estudio más a fondo de las 28 creencias fundamentales de la Iglesia Adventista. Dado que nuestra hermandad está creciendo, la importancia de confirmar la verdad bíblica es todavía más crucial.
Un buen grupo de los encuestados menciona que les gustaría ver en la iglesia algunos cambios en materia de música. Entre esos cambios, hay quienes piensan que se deben adoptar medidas más concretas para ayudar a la hermandad a distinguir la música apropiada para la adoración. Asimismo, se quisiera ver en las iglesias más recursos musicales, como la orquestación de los himnos del nuevo himnario para utilizarlos en los cultos. Con todo, si bien se reconoce el valor de la tecnología actual, entre los encuestados se expresa una especie de nostalgia por los tiempos pasados cuando se cantaba sin videos.
Los encuestados quisieran ver más programas orientados a la atención de los jóvenes y niños de la iglesia. Al parecer, hay lugares donde todavía no se implementan las sugerencias de programación que se observan en muchas otras partes de la Unión. Esta demanda es especialmente enfática respecto de programas misioneros y de servicio comunitario.
En conclusión, lo que los encuestados ambicionan para la iglesia es más unidad. Los miembros de nuestras iglesias pueden vincularse más y esto será posible cuanto más nos acerquemos a Dios y a su Palabra.