miércoles, 3 de agosto de 2011

Un llamado a la conservación de la feligresía - 1



Algo que la División Interamericana dispuso a finales del año pasado en su junta directiva es combinar los esfuerzos de la iniciativa de reavivamiento y reforma de la iglesia, con acciones de recuperación, retención y conservación de la feligresía. Hemos hablado en abundancia recientemente sobre el reavivamiento y reforma, pero no debemos olvidarnos de conservar a los ganados para el Señor.

La Iglesia Adventista en todo el mundo se regocija por el rápido crecimiento de la feligresía en años recientes. La iglesia ve este hecho como una evidencia de la obra del Espíritu Santo y como un cumplimiento de la profecía bíblica (Mateo 24:14; Apocalipsis 14:6, 7).

Aunque la Iglesia Adventista del Séptimo Día bautizó más de 5 millones de personas entre los años 2000 y 2005, la pérdida anual de miembros durante ese tiempo equivale a casi 1.4 millones. Actualmente hay indicaciones de que la iglesia pierde anualmente aproximadamente un 28% de los nuevos miembros que entran a la misma. Algunas pérdidas de miembros ocurren entre los nuevos conversos; sin embargo, este trágico suceso no se limita a los nuevos miembros.

Los miembros abandonan su feligresía en la Iglesia Adventista del Séptimo Día por varias razones. No es realista esperar que la iglesia llegue a un punto en que su porcentaje de retención de miembros sea de 100%. Sin embargo, esto no debe excusar a la iglesia de crear y mantener conscientemente un ambiente de apoyo y sustento espiritual para todos los miembros.

Las investigaciones con respecto a cuál sea la razón por la cual los miembros dejan la Iglesia Adventista del Séptimo Día sugieren que los factores sociales y de relación son mucho más significativos que los desacuerdos con respecto a las enseñanzas de la denominación. De hecho, muchos que dejan la confraternidad de iglesia siguen apoyando las creencias adventistas y hasta mantienen las prácticas de la iglesia durante un tiempo después de su partida.

Las razones más frecuentemente citadas por las personas que dejan la iglesia están dentro de la esfera de las relaciones, la ausencia de un sentido de pertenencia y la falta de participación significativa en su congregación local y su misión. Todo esto indica que la pérdida de miembros podría prevenirse si atendemos estas razones.

En el siguiente artículo, señalaremos algunas recomendaciones prácticas para poder retener y conservar a los miembros de iglesia, especialmente a los nuevos, a nivel de congregaciones locales.

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