miércoles, 10 de junio de 2009

La mano de Dios en las finanzas




Durante la sesión de la junta plenaria de medio año de la Unión del Sur de México, celebrada en Mérida, Yucatán, del 8 al 10 de junio de 2009, los líderes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en esta parte del país se reunieron a revisar los avances en materia de planes y programas de desarrollo.

La sociedad mundial habla de crisis, y especialmente en este país. El quebranto producido por el último azote de influenza ha dejado a muchos sin empleo. Era de esperarse que todo esto tendría un impacto en las finanzas de las familias y las instituciones de la iglesia. Con todo, milagrosamente, la iglesia experimenta bonanza. Dios ha mantenido en buena salud a los campos, lo que evidencia salud en las familias de la iglesia.

Obsérvense los índices financieros en la siguiente lista. El primer dato es el capital operativo y el segundo es la liquidez:

Institución o campo
Centro de Chiapas (178.54%, 383.70%)
Mayab )146.09%, 246.09%)
Norte de Chiapas (153%, 327%)
Soconusco (143.27%, 209.26%)
Centro de Tabasco (239%, 461%)
Altos de Chiapas (110.90%, 113.24%)
Oeste de Chiapas (176.32%, 386.38%)
Quintana Roo (126%, 263%)
Este de Tabasco (254.63%, 410.45%)
Hospital del Sureste (58.01%, 40.84%)
Universidad Linda Vista (83.80%, 107.18%)
Unión del Sur de México (251.85%, 240.72%)

Qué gusto cuando estamos bien, pero no siempre estaremos así. Al respecto, fue muy atinada la reflexión del Profesor Ismael Castillo, rector de la Universidad de Montemorelos y miembro de la Junta Directiva de la Unión del Sur, quien durante el devocional del miércoles 10 señaló cinco premisas sobre la administración financiera basados en la carta a los Filipenses.

1. He aprendido a contentarme con lo que tengo (4:11). Sea que la institución o campo viva abundancia o escasez, debemos aprender a vivir contentos con la circunstancia que tengamos delante.

2. En las circunstancias difíciles, todo lo puedo en Cristo que me fortalece (4:13). Esta declaración con frecuencia es tomada fuera de contexto. En realidad, Cristo nos puede ayudar a vivir en medio de la abundancia, para ser sabios en el uso de los recursos, y también nos puede ayudar a vivir en medio de la escasez. Otra versión dice: “Cristo me da fuerzas para enfrentarme a toda clase de situaciones”. Hemos desarrollado la cultura del “hay” o “no hay”, pero esa es la premisa equivocada. El punto es “se debe” o “no se debe”.

3. La administración es una cultura de intercambio, de dar y recibir (4:15). Si se mantiene la mano sierre abierta, como líder vas a estar en la mentalidad de dar y recibir. Hay que estar atento a ver a dónde podemos dar. El Espíritu de Dios es un espíritu de dar. Tenemos que cuidarnos de una actitud localista, de sólo recibir. Se trata de desarrollar una mentalidad global que busca lo mejor para todos.

4. Cuando estamos en la actitud de se dadivosos es como un perfume de lindo olor para Dios (4:18). A Dios le gusta, le encanta cuando somos generosos. Es lo que a Dios le gusta.

5. Podemos esperar que cuando hagamos la voluntad de Dios, el Señor suplirá todo lo que nos falta (4:19). Cuando el mundo está en crisis y sólo se habla de eso, qué consuelo es saber y ver que Dios suplirá lo que nos falte según su riqueza. Lo importante para nosotros es estar haciendo lo que Dios quiere que hagamos.

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