Dando ánimo a un anciano en el asilo.
Alimentando al que más lo necesita.
El privilegio del cristiano es dar, ayudar. No hay mayor gozo que el de extender la mano y, con ojos sinceros, expresar cariño a los demás, particularmente a los que lo necesitan con mayor urgencia. La Iglesia Adventista del Séptimo Día enseña la generosidad y el compromiso social, y lo vive. Y cuando la iglesia pide es para ayudar.
Cada otoño, los adventistas salen a la calle a solicitar recursos de la sociedad para fortalecer la misión de la iglesia: predicar, sanar y enseñar. Los recursos se usan para beneficio de los pobladores de las comunidades según se presentan las necesidades, como por ejemplo, inundaciones, heladas, o pobreza extrema.
Este año, los miembros de la Unión del Sur recolectaron en todo el territorio la cantidad de $2,941,672.10 MX, un 29% más de lo que se propuso alcanzar. Este dinero provino de las manos de los habitantes de los cinco estados del territorio: Tabasco, Chiapas, Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Los beneficios llegarán a la comunidad mediante servicios médicos en instituciones de la iglesia, brigadas médicas, becas educacionales, y ayuda en casos de desastres.
Por este medio, se agradece a la comunidad participante por su generosidad, esperando poder de esta manera, aunque modesta, aliviar en algo el dolor ajeno.
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