David Trim, director de la oficina de Archivos, Estadísticas e Investigación de la Asociación General, señaló que la feligresía de la Iglesia Adventista del Séptimo Día está sobrevalorada cuando se comparan los índices de mortalidad en la iglesia con los de la población general.
A decir de las estadísticas de feligresía, "éstas no son completamente exactas", dijo Trim a los delegados al Concilio Anual de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en sesión durante los días 7 al 13 de octubre de 2011 en la sede mundial en Silver Spring, Maryland.
En consecuencia, los dirigentes de la Asociación General están instando a las divisiones de la iglesia mundial a que lleven a cabo cuidadosas auditorias de sus miembros y que quiten de sus listas a los que ya no forman parte activa del movimiento o hayan fallecido.
"La clave es la exactitud y la transparencia", dijo el director mundial de estadísticas. Estas auditorías se llevarían a cabo en los próximos años, pero es previsible que traerán como consecuencia una reducción de los casi 17 millones de adventistas que reporta la secretaría de la iglesia mundial.
Sin ir muy lejos, de llevarse a cabo esas auditorías de feligresía, los registros de la Unión del Sur también darían cuenta de una marcada disminución de miembros. Esto es algo de lo que se ha hablado mucho pero, por alguna razón, no se ha acometido. Laicos y pastores saben que lo que los libros reportan como miembros en regla está muy por arriba de lo que se cuenta en la realidad. Por lo tanto, ajustar la membresía a la realidad es algo bueno.
Así también lo entendieron líderes de otras partes del mundo que tomaron parte durante las reuniones de la Asociación General. Tal fue el caso del presidente de la División del África Meridional y Océano Índico, Paul Ratsara, cuando dijo: "Realmente quiero expresar mi aprecio a la secretaría por esta valiente medida. Esta es una prueba de responsabilidad y transparencia para todos nosotros".
Imagen en información: Adventist News Network.
Imagen en información: Adventist News Network.
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