sábado, 30 de abril de 2011

Y después de la pedrada, ¿qué?



Para muchos, la historia de David frente a Goliat tiene importancia hasta el momento que la piedra asestó en la cabeza del gigante, derribándolo. Pero la narración bíblica no termina ahí.

En el devocional matutino del jueves 21 de abril, el antiguo Director Mundial de Jóvenes, Pastor Baraka Muganda, reflexionó en torno a lo sucedido después de caído el enemigo del pueblo de Israel.

“Tú tienes que hacer tres cosas”, dijo el Pastor Muganda. “Primero, tienes que pararte encima del gigante, porque eso fue lo que hizo David”. Una vez en el suelo Goliat, David corrió hacia él y se le paró encima. “Nosotros tenemos que pararnos encima del problema, encima del gigante”, dijo Muganda.

“Segundo, tienes que quitarle el arma al gigante”, agregó el pastor Muganda. A decir verdad, la piedra no había matado a Goliat; lo derribó, pero no lo mato. “El gigante tenía una espada y David la tomó y se la quitó. Tú tienes que quitarle a tu gigante aquello con que te está haciendo daño, lo que sea. Tienes que quitarle lo que te perjudica”, insistió Muganda.

“Finalmente, tienes que cortarle la cabeza al gigante”, dijo el pastor Muganda. No hay que considerar al enemigo vencido sólo por verlo derribado; hay que matarlo. “Sencillamente, tienes que acabar con él”, concluyó el pastor.

Por supuesto, en todo este proceso se necesita la ayuda de Dios. Nosotros solos no podemos. Pero, con la confianza bien puesta en Jesús, el gigante morirá.

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